El lugar donde viene a morir el amor...
Creo que te conté que había soñado con una habitación llena de tiburones, con sombras que me perseguían en la oscuridad y fantasmas que no me dejaban nadar. Pero yo nunca recuerdo lo que sueño. Tú me abrazabas para hacérmelo olvidar, mientras yo pensaba que cómo ibas a curarme de ti. Y de mi suerte. Y de la tuya. Y cuánto más me calmabas, más me enfurecía por dentro hasta llegar a sentir claustrofobia en mi propia piel.